César Pérez Novoa

El negocio tradicional del cobre no será un conductor en el corto plazo

Por: César Pérez Novoa | Publicado: Jueves 13 de agosto de 2015 a las 04:00 hrs.
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La dependencia de Chile respecto del cobre llevó al peso a una depreciación de 5,1% en julio, debilitando aún más las perspectivas de una economía ya muy presionada. Los indicadores de confianza para el consumo y los negocios -así como las mediciones que lideran el desempeño del mercado laboral- tampoco demuestran un soporte estable para la recuperación económica. Sin embargo, las bajas valorizaciones de las compañías en el mercado bursátil (por debajo de su promedio histórico) nos llevan todavía a sobre-ponderar la renta variable en Chile.


Respecto de los países de la Alianza Pacífico, durante julio observamos un mercado andino vendedor en línea con lo que dio el mes anterior, principalmente producto de factores externos, aunque los indicadores locales tampoco proveyeron de mucha ayuda con economías que continúan con crecimientos deteriorados.

Solo cinco acciones de las 89 que cubrimos en la región tuvieron un desempeño positivo, mientras que los precios de los commodities continúan corrigiéndose con el valor del cobre y el petróleo retrocediendo 9% y 18%, respectivamente, en el periodo mencionado. Las monedas locales también sufrieron y a esto se agregan nuevos recortes en estimaciones para el Producto Interno Bruto 2015 (PIB) de las economías.


El viento en contra parece provenir de múltiples frentes y los esfuerzos para darle un impulso a la demanda interna han sido mayoritariamente inefectivos. Los recortes a las expectativas de crecimiento han sido recurrentes en los últimos dos años, con la excepción de un pequeño aumento positivo en las perspectivas para el PIB de Chile en los albores de 2015. Asimismo, la confianza, principalmente en Chile y en Colombia, está cerca de sus niveles más bajos de muchísimos años.


Creemos que la evolución del cobre y del peso en Chile acercará términos entre el gobierno y el sector empresarial ante una real necesidad de unir fuerzas en la búsqueda de estímulos de otra fuente independiente a la que entrega la exportación de cobre. Lo anterior, debido al desplome del metal rojo producto de una serie de indicadores económicos y de producción en China que muestra un apetito anémico por esta materia prima. Esta subordinación de Chile erosiona sus términos de intercambio, lo que determinará una menor recaudación fiscal y la consecuente mayor prudencia en el gasto público para lo que queda de 2015 y durante el ejercicio 2016.


En este contexto, pensamos que el gobierno tenderá a reducir el tono de las reformas, moderando su discurso para apaciguar a los mercados. Aunque el mayor desafío es el más directo e inmediato: impulsar a la economía a través de la construcción de consensos que estén orientados a la concreción de medidas reales para impulsar la actividad y fomentar otras áreas más allá de la minería. Que se tenga presente que el negocio tradicional del cobre no será un conductor en el corto plazo y debe ser sustituido (por un tiempo) por otra industria que -al menos- pueda absorber parte del golpe que la desaceleración representa.

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